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Comentario y reflexiones
Autor: Raymond Carver | Una historia sobre la ceguera, la creatividad y la imaginación | Editada en 1981
Si tuviera que nombrar una obra que me haya marcado especialmente, sería esta historia corta. A fin de cuentas juega un papel relevante en mi trayectoria a lo largo de la carrera y me influyó en la decisión del tema de mi Trabajo Final de Grado.
A través de su realismo sucio, Raymond Carver transporta al lector a la casa de un matrimonio de clase media en Estados Unidos. La historia se narra en primera persona a través de la perspectiva del marido, y éste comienza el relato explicando que su mujer ha invitado a un viejo amigo suyo a casa, el cual es ciego de nacimiento.
Los prejuicios del protagonista hacia las personas invidentes quedan claros desde el inicio, ya que las primeras palabras de la historia son "este hombre ciego", y lo que sigue muestra lo poco que le apetece su visita. Además, aunque su mujer le presenta al invitado como "Robert", el marido sigue refiriéndose a él como "el ciego", lo cual indica que al principio no reconoce en esa persona a un individuo, sino que lo percibe según los estereotipos que caracterizan a las personas invidentes. Eso también queda claro cuando nada más conocer a Robert analiza al detalle su aspecto físico y se sorprende, por ejemplo, de que no lleve gafas de sol.
En definitiva, el anfitrión nunca antes había conocido a una persona ciega, por lo que sólo se guiaba por los prejuicios y, seguramente, sentía cierto temor hacia el desconocimiento que dicha persona representa. Un indicio de ello es que, durante toda la velada el narrador observó atentamente cómo el invitado se desenvolvía durante la cena y cuando tomaron unas bebidas después del postre apenas participó en la conversació que se estaba llevando a cabo.
La actitud del marido había empezado a cambiar cuando su mujer se quedó dormida en el sofá y se quedaron solos ellos dos. La tele estaba encendida y ambos, a su manera, la estaban "mirando". En cierto momento comenzó un programa sobre catedrales. Entonces es cuando el protagonista le pregunta a Robert si sabe cómo es una catedral. Éste reconoce que no y le pide que se la describa.
Aunque queda claro en la narración que el anfitrión no siente especial interes por esta clase de edificio, hace el ejercicio de buscar las palabras para poder explicar cómo es y cómo se ve.
De todas formas pareciera que eso no era suficiente, y Robert le pide que dibuje una catedral. Entonces el invidente coloca la mano sobre la del protagonista y éste último comienza a darle forma al edificio a través del bolígrafo.
Es a través del contacto directo, del movimiento sobre el papel, que el invitado comienza a entender el espacio que caracteriza a una catedral. Se me hace especialmente curioso que Robert le pida al otro hombre que dibuje personas dentro de la catedral. En cierto modo es lógico, ya que se necesita del cuerpo humano para comprender las dimensiones del edificio. Además, hace referencia a que una arquitectura sin personas no tiene sentido.
Una vez estipulada la escala humana en el papel, el invitado le pide al anfitrión que cierre los ojos, y ambos continúan dibujando conjuntamente, terminando por percibir de igual modo lo que están creando.
Para mí, esta escena muestra cómo la imaginación y la creatividad estimulan la percepción de las personas. El autor había dotado al narrador de un lengujae deliberadamente plano para definir a un personaje sencillo y poco reflexivo. De todas formas éste descubre de la mano de Robert un nuevo modo de ver el mundo y el reparo que le daba un ciego se convierte en el hallazgo de un nuevo punto de "vista".
Todo ello queda claro cuando terminan el dibujo y el invitado le indica que abra los ojos y le pregunta qué ve. Éste mantiene los ojos cerrados y responde "Es realmente algo", ya que no lo ve, pero siente los frutos que ha dado su proceso creativo conjunto.
Por otro lado este relato habla de una creatividad que no ha de ser necesariamente visual. Insinúa que el sentido del tacto puede estimularnos perceptivamente de igual modo. Y no sólo el tacto, sino el movimiento, en este caso el de la mano.
De aquí y de mi interés por la accesibilidad prácticamente nace mi Trabajo Final, en el que estudio las experiencias de las personas con deficiencia visual, intentando definir así una Arquitectura a Oscuras.

Fragmento de la secuencia "la Catedral de Rouen"
1894 - Claude Monet

Ilustración original de Sonja Murphy